San Blas aparece representado como obispo, bendiciendo. En la obra no aparece ningún atributo más relacionado con la vida y los milagros del santo. San Blas destaca con un dibujo muy marcado sobre un fondo prácticamente neutro y sobre un suelo de baldosas que intentan crear una ilusión de profundidad.
Esta tabla formó, en su origen, parte de un retablo que se situaría en la ermita de la Soledad de la localidad soriana de Rebollar.